Como el término lo dice, la ecualización sustractiva se basa en restar aquellas frecuencias que “embarran” la mezcla y que no muestran un panorama sonoro más definido.
Estamos acostumbrados a usar la EQ realzando las frecuencias en vez de realizar operaciones sustractivas, idealmente hay que aprender este tipo de Eq ya que tienen la ventaja de lograr mezclas más profundas, abiertas y prístinas.
El problema principal de la mezcla es meter muchos elementos en un espacio reducido y muchas veces estos elementos comparten espacios de frecuencia entre sí, además cada uno de los elementos tienen frecuencias sobrantes. Esto se traduce en que hay frecuencias que se “montan” unas arriba de otras generando poca claridad y pegada en la escucha.
Para liberar esta superpoblación de frecuencias se usan dos herramientas básicas para la mezcla: filtros de audio y ecualizadores.
Por debajo de los 100 Hz, la zona de frecuencias bajas como el bombo y bajo es donde ocurre la mayor superposición frecuencial, esto sucede generalmente porque estos instrumentos son grabados con microfonía cercana que exagera los bajos y que al mismo tiempo captan ruidos de baja frecuencia que también ensucian la señal. En este espectro se sugiere trabajar con un filtro paso alto en todo elemento que no sea bombo y bajo. Puede pasar que la frecuencia de corte esté arriba de los 150 ó 400 Hz, aquí lo importante es que si se quitan estas frecuencias, estas se hagan más pequeñas (en la escucha soleada) pero más grandes en el contexto general.
En la segunda parte de este artículo ahondaremos más en este tipo de EQ. Atento a nuestras redes.