Si hay un elemento en común que podemos ver en distintos géneros como el pop, punk, hip hop y principalmente en la electrónica es sin duda la influencia del dub jamaiquino. Este subgénero del reggae nació hace 60 años en los estudios de producción más importantes de Kingston de la mano de músicos como Lee Scratch Perry y King Tubby, ambos leyendas de la música en Jamaica.
Como muchos descubrimientos de la época, el dub fue un accidente de trabajo que ocurrió cuando un ingeniero del estudio Treasure Isle dejó silenciadas las pistas de las voces durante una sesión de grabación. Al escuchar el resultado, un operador de sound system llamado Rudolph “Ruddy” Redwood quiso guardar esa prueba para hacerla sonar en su siguiente baile con uno de sus djs por encima de la instrumental.
En su forma más básica, el dub despoja la canción de una voz principal, aumenta considerablemente el bajo y la batería para finalizar añadiendo efectos como el eco y la reverberación. Este nuevo sonido se convirtió en una revolución, donde los técnicos de los sistemas de sonido comenzaron a crear sus propias versiones con mezclas de dub diferentes a la canción original.
Lo que trajo como consecuencia que migrara de Jamaica y comenzara a influir en el desarrollo de nuevos géneros de la electrónica alrededor del mundo como el Jungle, Drum and Bass, Trip-hop, Techno o Dubstep, entre otros. Otra herencia del dub es el hecho del por qué los djs actuales producen sus propias remezclas para hacerlas sonar en sus sesiones. En realidad, esto ya lo hacían los primeros sound systems jamaiquinos con esas versiones exclusivas que sólo podías escuchar en sus eventos.